La recompensa de mirar hacia arriba
En esta parte de la cornisa de la Capilla Real de la Catedral de Granada se observa una decoración labrada en piedra coronando los muros de la fachada. Está formada por frisos, adornos rectangulares que se repiten por desplazamiento a lo largo de la recta y que recorre longitudinalmente el muro. Transmite una idea de continuidad y repetición, lo que se traduce en una sensación de ritmo que aporta belleza a esta composición arquitectónica.
En una entrada anterior de nuestro blog, disfrutamos de las maravillas arquitectónicas de la Capilla Real de la Catedral de Granada. Nuestro paseo matemático por este edificio nos regaló distintas proporciones y elementos decorativos muy característicos. Pero hoy vamos a echar la mirada hacia la parte superior de su fachada, concretamente hacia la cornisa.

Cornisa de la Capilla Real 1.
En esta parte se observa una decoración labrada en piedra coronando los muros de la fachada. Esta decoración está formada por frisos: motivos de decoración rectangular (loseta básica) que se repiten por desplazamiento a lo largo de la recta y que recorre longitudinalmente el muro. Este desplazamiento de la loseta básica transmite una idea de continuidad, de repetición, lo cual se traduce en una sensación de ritmo que aporta belleza a esta composición arquitectónica.
En la imagen anterior se aprecian dos bandas repetitivas. En la parte inferior, el rectángulo fundamental está marcado en color amarillo, con un eje de simetría representado con una línea roja discontinua y un vector de traslación en color rojo. El resultado de esta estructura es un friso en el que no se puede definir un giro de 180º, pero que sí admite una simetría perpendicular al vector de traslación.
Como consecuencia, se genera un hexágono de cartas curvas formado en el centro. No es en sí simétrico, ya que aparece más achatado por arriba. No está situado en el centro de las bandas, motivo por el cual el friso no contiene giros de 180º.
Si nos fijamos en el friso de la parte superior, podemos observar un pequeño detalle que en muchas ocasiones introducían los maestros canteros para dar más ritmo a sus composiciones.

Pináculos de la cornisa.
A primera vista observamos una sucesión de pináculos abrazados en los que el rectángulo fundamental sería uno de ellos, marcado con una línea celeste punteada y un vector de traslación dibujado en color rojo.
Pero una mirada más detallada nos permite observar que el remate de cada pináculo es diferente. Esta diferencia introducida por el artesano puede tener la intención de romper el ritmo monótono de la composición y reflejar la dualidad decorativa que corresponde con los símbolos decorativos de las iniciales de Isabel y Fernando. Partiendo de esto, podemos representar este friso como se muestra en la siguiente imagen:

Cornisa de la Capilla Real 2.
En lo que respecta a los frisos de la parte inferior, vemos una composición formada con motivos geométricos romboidales. Es pequeño, pero se distingue claramente un eje de simetría horizontal y uno vertical en cada rectángulo fundamental, aparte naturalmente del vector fundamental, todos ellos dibujados en color rojo. Este friso sí presenta giros de 180º.
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